“Debemos preguntarnos qué tanto nuestra existencia es un sueño; qué tanto es una experiencia real y qué tanto es ficción. Por ejemplo, nuestros recuerdos son parcialmente ficticios y creo que es una forma benigna de la naturaleza para hacer nuestra existencia tolerable, que podamos borrar y eliminar las cosas desagradables y oscuras de nuestras vidas y modificar nuestro propio pasado”.
Y yo me respondo: No quiero saber qué tanto de mi experiencia es un sueño, qué tanto es real y qué tanto es ficción, porque esos son los tres ingredientes que hacen crear la magia en mi vida, provocan inquietudes en mi despertar, pasiones que descubrir, retos que lograr , pero sobre todo hacen que busque esa » Paz absoluta» , que la tendremos seguro en el más allá dependiendo de lo que hayamos hecho en nuestro acá.
Vibremos fuerte y bien alto, siendo ecológicos como dirían los neurolingüistas: Bueno para mi, acceptable para el resto.
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